Para conocerla hay que caminarla. Pero, ¿por dónde? A primera vista —cuando te paras en el corazón del Centro Histórico, la plaza del Zócalo— la ciudad parece inabarcable. Cuentan que en 1904 medio millón de personas vivía en el D.F., el Distrito Federal de México, pero ahora solo la ciudad tiene casi veinte millones de habitantes.

La primera impresión es ver la gran Catedral inclinada, y sobre todo mirada por el ojo de un constructor como yo, la primera vez que estuve en el DF no podía dar crédito a lo que veía, grandes edificios con anti escalones, o sea bajando, Hundiéndose, porque el peso del edificio es mayor que el de la calle que casi no baja.
Tanto que visitar… Coyoacán, San Ángel, Xochimilco, entre muchos otros, que ya suman 350 barrios en el México actual. Estos se hunden

inexorablemente entre 15 y 40 cm. anuales, increíble y sin remedio en el corto plazo. ¿La causa? Subsuelo fangoso originario de antiguas lagunas y canales.
Si miras hacia el Paseo de la Reforma en su desembocadura verde —ese gran parque que es la Alameda Central—, aparecen en el horizonte unos cuantos rascacielos que ahora borran las huellas del terremoto de 1985, estos edificios no se hunden, aun.
El Palacio de Bellas Artes, decorado con célebres murales de Orozco, Rivera, Siqueiros y Tamayo, es casi una catedral laica donde se velaron los restos de tantos mexicanos ilustres: Octavio Paz, Mario Moreno "Cantinflas", Frida Kahlo, María Félix. También se hunde de 30 a 40 cm. al año, si ya tiene cinco escalones para bajar a su nivel de piso.

La gran plaza de toros es otra cultura-curiosidad que no tenemos en nuestro País, aquí solo topiamos a los novillos en la media luna, o jugamos tenis, la Copa Davis.
Otro lugar que debes visitar y navegar es XOCHIMILCO
Una red de canales turísticos de muchos Km. y de un ancho promedio de unos 30 mt, con el folclore vivo, los mariachis con sus trajes te cantan y sonríen, esta todo lleno de flores, las embarcaciones, llamadas trajineras que son como una balsa con un comedor al centro y el “capitán” navega con una vara que se empuja desde el fondo.
Una de las islitas tiene una verdadera infinidad de muñecas de juguete, y un
señor “dueño” del lugar, no se si ahora muy enfermo o ya fallecido, hay un folclore místico de apariciones y alusiones poco claras a la pelá, con verdaderos efectos especiales tipo “pelo erizado”.

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